
- Historias de hace mil años
En 954 el vizconde de Barcelona Guitard da tierras y viñas a quince pobladores, a los que nombra uno por uno, en el término del “Castro Fontanedo” (Castillo de Fontanet de Piera) para que alcen una torre en el sitio de Freixano (Freixe).[1]
Afortunadamente para nosotros nos quedan vestigios de estos dos lugares. El Castillo de Fontanet, con la iglesia de Sta. María y la torre de Freixe junto a la ermita románica de St. Nicolau. La torre debía de ser un sitio de vigilancia y defensa de la zona que incluía diversos núcleos de población.

Piera, entre el Penedés, el valle del Llobregat y la falda de Montserrat, está atravesada por el río Anoia y por diferentes torrentes y rieras que han originado valles entre barrancos provocando que la población se disperse en diferentes núcleos como el de Bedorc, un nombre de origen desconocido donde se encuentra otra torre de defensa.

El nombre de Piera proviene del latín “Apiarium” o colmenar. Situada en el camino que iba de Barcelona a Lérida atravesando el Llobregat por el puente de Martorell, se han hallado vestigios de época romana en Sant Jaume de Sesoliveres, Sta. Creu de Creixà o la Fortesa.
Sta. Creu de Creixà, junto a Monistrolde Anoia, era conocida como “Sta. Creu de Palau”. El término “Palau” señala a las explotaciones agrícolas que recogían los censos en época andalusí. Es probable que hubiera una continuidad de hábitats en esos siglos inciertos de los que apenas tenemos noticia escrita. También es de origen andalusí el nombre de “Can Mussarro” en Les Fandes, un terreno arcilloso junto a la riera Guinovarda por la erosión de las tierras.

La casa vizcondal de Barcelona y la Iglesia (la Catedral y el poderoso monasterio de Sant Cugat del Vallés, brazo armado de la Sede, parecen repartirse “el pastel” de Piera, lo que será fuente de conflictos. El 1005 la vizcondesa Geriberga, mujer de Guitard, da a Sant Cugat diversos alodios que tenía en el término del castillo de Claramunt, en los sitios de Sta. María de Capellades (celda de St. Cugat), Carme y el Castell d’Orpí, con fuentes, llinars (campos de lino) y cañizares[2], lo que nos hace pensar que quizás la propiedad de Freixe en Piera le fue dada a Guitard por su esposa, cosa muy frecuente: una mujer con propiedades se casa con un guerrero con lo que el padre de ella se asegura la fidelidad y vasallaje. Un año después, el hijo de Guitard y Geriberga, el vizconde Udulard vende a su mujer Riquilda, hija del Conde Borrell, casas, tierras con árboles y un molino con sus riegos en el término de Fontaned, en el lugar de Freixe.Quizás Udulard había heredado de su madre y lo vendía a su esposa por necesitar liquidez. En todo caso cuando muere Riquilda da esas propiedades a su hijo, el obispo Guislabert. En una venta de 1037 se habla de viñas y bosques en el lugar de Freixe.[3] Todos estos documentos se encuentran en el archivo de Solsona, no se sabe por qué.

Los litigios de la casa vizcondal con la Sede y con St. Cugat son frecuentes (Geribert, hermano de Udulard, en 986 y en 1011 y su hijo, Mir Geribert, reclamando las propiedades de los Santmartí que pertenecían a su esposa e hijo, son una muestra), pues, bien, también Guislabert, antes de ser obispo reclama en 1030 las propiedades del término de Claramunt que fueron de su abuela Geriberga, St. Cugat muestra las escrituras y, como siempre, gana el pleito. El juicio se celebró en Santa María de Monistrol de Anoia.[4] Guislabert, que en un principio apoyaba a su primo, Mir Geribert, en sus revueltas, se pondrá, siendo ya obispo, de parte del acuerdo entre los poderes más altos (Condes e Iglesia), consiguiendo a cambio algunas prebendas. En 1046 vende a su hermana Ermessenda su alodio de Freixe, en el término entre Fontanet y Cabrera (de Anoia) que había sido de su madre, Riquildis (-1040)[5]

En fin, Sant Cugat ha quedado como el propietario histórico de estos lugares, pero debemos de tener en cuenta los números conflictos que se generaron.
- Historias recientes, las de sus fuentes
Los restos conservados de Piera nos dan idea de las transformaciones que se sucedieron en la Edad Media. Si en los siglos X-XI la nueva articulación del territorio se produce alrededor de los castillos, que recogerán la nueva fiscalidad, a partir de los siglos XII-XIV, los asentamientos se agrupan en torno a las vías comerciales, donde se celebraban los mercados.

Las vías comerciales de Piera, abiertas desde antaño por los rebaños que bajaban del Pirineo propiciando el comercio con la ciudad, serían utilizadas, ampliadas y remodeladas para los nuevos menestrales: herreros, (una herrería o Farga se cita en 1031), ceramistas, vinícolas, tejedores…
Un estilo de vida rural que se mantuvo con pocos cambios hasta el pasado siglo XX. Afortunadamente para nosotros, podemos darnos una vuelta por el núcleo histórico de Piera y ver algunas de estas transformaciones del pasado.

Bajo el castillo de Fontanet se establece el primer Rabal o “Raval Jussà” (de abajo). Aún se mantiene aquí la Casa conocida como de “la Volta”,[6] una casa con porches de piedra que disponía de una fuente y un abrevadero, más adelante utilizado como lavadero. En este barrio, conocido como “de los gatos”, comienzan las calles de S. Sebastián y del Sol que van desde el castillo a una de las puertas de entrada a la ciudad, hoy conocida como “Portal de Romanyà”.

Más adelante se ensancharon las murallas para hacer sitio al Mercadal, una zona con diferentes edificios emblemáticos, como la Casa de la Vila actual (anteriormente Cal Guerín) y la anterior con su campana y su reloj, enfrente de la cual se halla la Font del Peix, antiguamente de los leones, en la plaza donde estaba el mercado municipal en la segunda mitad del siglo XX.

Regresando a la Edad Media, en la zona donde se establecían los mercados se instalaban las primeras instituciones religiosas de atención a la salud y a la educación, de las que el municipio de Piera es también un ejemplo en el que no entraremos en este breve recorrido. Alrededor de los porches del Mercadal (Voltes de la plaça) y de su comercio se instalan los hostales.

Dejando atrás el Rabal, yendo hacia la expansión que marca el paso de municipio a ciudad encontramos, bajo los jardines de Víctor Riu, la denominada “Font del Canyar de Piera” con dos niveles, uno de los cuales se hacía servir antiguamente de lavadero y, un poco más cerca de la estación de FFCC, la “Font Nova” que traía agua de una mina.[7] Víctor Riu, n empresario barcelonés que se dedicaba a la producción de gas y veraneaba con la familia en Piera, es un ejemplo de estos primeros colonizadores de segundas residencias de principios del siglo XX. Una práctica que se popularizará en los años 60.

Acabaremos este pequeño recorrido por la historia y por el núcleo histórico de Piera en un paraje, entre las rieras Aguilera y Guinovarda, donde encontraremos, para pasar un rato agradable, la zona de picnic de la Font del Prat y la del Rossinyol.[8]

Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, 30-08-2022
A Ramón, con quien tanto aprendo
[1] Bach, Antoni (1987) Col·lecció diplomàtica del monestir de Santa Maria de Solsona: El Penedès i altres llocs del comtat de Barcelona (segles X-XV) Generalitat de Catalunya. Doc. n. 1
[2] Mas, Josep (1909-1914). Cartulari de Sant Cugat, vol. IV, CCCXXXVII (1005)
[3] Bach, A., o.c., n. 2 (1006), n. 4 (1037) y n. 5 (1040)
[4] Mas, Josep, o.c., vol. IV, CCCCXXIX (1030)
[5] Bach, A., o.c., n. 2 (1006), n. 6
[6] https://www.viladepiera.cat/la-vila/piera-per-descobrir/recorregut-arquitectonic/casa-de-la-volta
[7] https://fontsaigua.wordpress.com/2021/01/30/arbres-els-plataners-de-la-font-del-prat-de-piera/
[8] https://fontsaigua.wordpress.com/2021/01/30/arbres-els-plataners-de-la-font-del-prat-de-piera/
M’has fet venir ganes de visitar Piera 👏👏👏
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Carpi! Que investigación tan exhaustiva sobre Piera! Qué lazos te unen con este pueblo o cual ha sido el motivo de este estudio histórico tan profundo? Estupendo
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Hago investigación sobre la Edad Media alrededor de Barcelona, en especial sobre el papel de las mujeres, estoy recorriendo estos pueblos que nos pasábamos de largo cuando íbamos al Pirineo. Me acuerdo cuando nos explicabas el arte de lo que visitábamos y no entendía mucho, pero siempre me gustó observar la naturaleza y el arte. Gracias por tanto…
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