
En el concilio de Troyes de 878, celebrado con la coronación de Luis el Tartamudo (846-879), se reparten los bienes del derrotado marqués Bernardo de Gotia (-878) y se confirma al obispo Frodoí y a la Sede de Barcelona las propiedades que había dado Carlos el Calvo en el Vallés que habían sido de los clérigos Tirso de Barcelona y otro que, bajo el auspicio de Bayo (Rojo o castaño), magnate hispano-godo de Terrassa, bautizaban y ejercían su ministerio siguiendo el rito hispano o mozárabe. De los bienes que fueron de Bernardo de Gotia, además de la tercera parte de los impuestos sobre las mercancías y el derecho de acuñar la tercera parte de la moneda, se concede la villa Romanos (Vallromanes), con “Villaricello” por encima, junto a la iglesia de St. Esteve (casa que será conocida como “Vilatzir”, nombre de un prócer del siglo XIII, y como Torre de Malla desde 1548) y la villam Rodaldi (Vilarrosal), más cerca de Gallecs.[1]

En 904 se consagra St. Esteve de Parets que es dotada con numerosas villae (núcleos de población con edificios dispersos) en su zona de influencia. Entre otras se mencionan la villa Spina, por encima de St. Esteve, las de Breda y Parietes (ambas designaciones acompañan a St. Esteban hasta que se acabe adoptando la de Parets), la villa Reudaldo (Rosal), medio alodio en Gallecs, la villa de St. Martí, la de Palaudàries en “el sitio de los pagos”, la de Marciá donde está St. Valerià y el campo de Teudemunda.[2] Cada sitio parece tener su propia iglesia o capilla.

Todo un despliegue topográfico que nos invita a unir nombres antiguos con sitios actuales. Recogeremos estos y otros lugares que aparecen cercanos en los documentos de la época y veremos el papel que ejercen los propietarios.
En 923 Auxili vende al obispo Teuderic por cuarenta sueldos (una cantidad importante) sus bienes y derechos en la villa Roudaldi (Rosal) quedándose en régimen usufructuario.[3] Vemos, pues, que la Catedral de Barcelona es una gran propietaria en Parets y su área de influencia al lado izquierdo del río Tenes.
El monasterio de St. Cugat del Vallés recibirá bastantes donaciones en la zona: En 945 Guisalec y su esposa Splandonia dan a St. Cugat en la Villa Ariulf o Valldario (Valldoriolf en Vilanova del Vallés). En 946 Sendred y Elisabet dan un amplio alodio de tierras y viñas entre Lliçà d’avall, Vilanova del Vallés, Lliçà d’amunt…, en los límites encontramos a María, Tortora y Escolástica. En 949 Justo da “por mandamiento de su padre” en Perafita (Vilanova). En 979 Delà permuta “por voluntad de Dios” tierra, casas, corrales, árboles, agua y riegos en Gallecs, en cuyos límites vemos a “Ermessinda Deodicada” y sus hijas. En 990 el prócer Ennec Bonfill dará a St. Cugat un alodio en Palau de Plegamans en cuyo límite oriental se menciona Palaudàries y “la sumitat de la Serra que és sobre Vila Rosal”. En 993 Ermengarda “Bonadona” y Eldregodo dan a St. Cugat tierra con huerto en Parets, limita al este con la sierra sobre la Villa Parietes, al sur con St. Vicenç i Sta. Leda (primera mención a la iglesia de Mollet), al oeste con la “Villa Alurí (Vilatzir) y al norte con la strada que va a Gallecs.[4] Vilatzir, con su capilla de St. Iscle,quedará en manos de St. Cugat y de señores feudales.

El 968 el monasterio de St. Pol de Mar, bajo el obispado y la casa vizcondal de Girona, se unifica con el de St. Feliu de Guixols, quedando ambos bajo la regla benedictina y recibiendo, entre otros privilegios y donaciones del rey franco, un alodio en Parietes.[5] En 982 el abad de St. Pol permutará este alodio con Mayer y Ermessenda por diversas tierras entre Mollet, Moguda y Martorelles, en las afrontaciones encontramos a Chixilo, Guisla, Odesinda y Ermegodo.[6]
La Sede y St. Miquel siguen recibiendo donaciones: Oriol, clérigo, da en 977 a la iglesia de St. Miquel de Barcelona tierra, viñedos, casas, corrales y huertos con árboles, para quedarse como en usufructo en Vilarzir (Torre de Malla), una de las viñas es la que plantó “Gotmar et fraters seus”. En 981 Guitard hace importantes donaciones testamentarias a varias iglesias, entre las cuales, la Sede y a St. Miquel. A Sta. María del Mar deja bienes en la Torre de Malla que fueron de Adalvira. [7]

La presencia reconocida de las mujeres en el siglo X es una constante.
En 1005 el obispo Aecio permuta con Guillem, hijo de Mayer y Ermesenda la capilla de St. Martí de Martorelles por una tierra con casales y una onza de oro cerca de Sta. María (Martorelles). En 1007, fallecido Guillem, se hace entrega de una tierra en Martorelles a la Sede de Barcelona y de una viña a St. Miquel. En 1008 Bulgará y Bonesind, sacerdotes y Guillem, laico, testimoniarán delante del juez Oruç a favor de la mujer de Guillem, Beliarda, que, habiendo perdido las escrituras correspondientes a consecuencia del paso de Almanzor en 985, es reconocida como legal propietaria de lo que poseía anteriormente con Guillem. Son diversos lugares entre Parets y Martorelles. El testimonio se jura sobre la capilla de St. Martí de Martorelles (actual Can Suñer).[8]

En 1207, en la segunda consagración de St. Esteve de Parets (no sabemos por qué hubo dos, lo único que constatamos es el valor documental de los topónimos que aparecen en este tipo de actas), entre las muchas donaciones que se hacen, encontramos numerosos monasterios y órdenes religioso-militares, como la del Temple, o familias feudales como la de los Montcada, principales receptores de los privilegios de las franquicias condales, también a St. Pere de les Puel·les junto a St. Jaume de Viladordila (Can Masferrer a partir de 1678 cuando esta familia la compró) y el “campo de la Deovota” (¿quizás el campo de Teudemunda de 904?), en todo caso la de St. Pere, como fue la de St. Joan de las abadesas hasta que no la depredaron, es siempre una presencia fructífera y pacífica no entrando en litigios más que con las instituciones eclesiales que quieren estar por encima de su propia gestión.

A las mujeres que realizan los trabajos del campo.
Maria Àngels García-Carpintero Sánchez-Miguel, julio caluroso del 2022.
[1] Pardo i Sabaté, Maria (1994) Mensa episcopal de Barcelona (878-1299). Fund. Noguera. Diplomataris, vol. 5, n. 1
[2] VVAA (1992). Catalunya romànica. Vol. XVIII. Vallés Occidental i Oriental. Enciclopèdia Cat.
[3] Feliu i Montfort, G. (1971).El dominio territorial de la sede de Barcelona: 800-1010. Tesis, n. 8
[4] Mas, Josep, (1909-1914). Cartulari de Sant Cugat, vol. IV, n. XX (945), XXI (946), XXIV (949), CXXIII (979), CCVII (990) y CCLIII (993)
[5] Pérez i Gómez, Xavier (1998). Diplomatari de la cartoixa de Montalegre (segles X-XII), n. 6
[6] Fàbrega i Grau, A. (1995). Diplomatari de la Catedral de Barcelona (844-1000). Arxiu Capitular de la catedral de Barcelona, n. 139
[7] Feliu i Montfort, G. (1971). o.c., n. 54 y 59.
[8] Baucells J., Fàbrega, A., et al. (2006). Diplomataris de l’Arxiu Capitular de Barcelona (ACB) segle XI. Fundació Noguera, vol. 37, n. 68 (1005), n. 90 y 91 (1007) y 108 (1008)
Un comentario en “Parets del Vallés, siglos IX-XI”